martes, 22 de diciembre de 2009

Paul von Lettow-Vorbeck (I): Comienza la guerra en África

Empiezo aquí una serie de entradas dedicadas a contar la historia de Paul von Lettow-Vorbeck, comandante de las fuerzas alemanas en África del Este durante la I Guerra Mundial y considerado como uno de los mejores estrategas de la guerra de guerrilla de la historia. Tras mantener en jaque durante toda la contienda a fuerzas que multiplicaban varias veces su número, viviendo del terreno y combatiendo con las armas que arrebataba a sus enemigos, se rindió al finalizar la guerra sin haber perdido una sola batalla.


Paul Emil von Lettow-Vorbeck nació en Prusia en 1870. Estudió en la Academia Militar de Kassel y combatió en China como miembro de las fuerzas internacionales que vencieron la rebelión de los Boxer. Entre 1904 y 1906 estubo asignado en la actual Namibia durante la insurrección de los Hotentoes y los Herero, cuya represión es considerada como el primer genocidio del siglo XX. Allí aprendió algunas de las tácticas de lucha en la selva y desarrolló una enorme pasión por África. Tras pasar unos años en Alemania, en 1913 recibió el mando de las fuerzas alemanas en África del Este (la parte continental de la actual Tanzania, Burundi y Ruanda).

En los albores de la I Guerra Mundial, von Lettow-Vorbeck estaba al mando de una tropa formada por 260 alemanes y 2.472 soldados nativos, los askari. Aunque escasos en número, formaban una tropa de élite que se había curtido en las feroces luchas contra las tribus nativas, muy frecuentes antes de que Alemania se diese cuenta de que podía ganar más tratando mejor a sus territorios africanos.

Askari significa soldado en swhaili, y era una denominación que usaban tanto alemanes como ingleses. Los askari alemanes estaban entrenados en la lucha de guerrillas, que había sido su forma de combatir durante generaciones, y estaban acostumbrados a vivir sobre el terreno. Las órdenes se daban en alemán, y para las que necesitaban más largas explicaciones se utilizaba el swahili.

Cuando estalló la guerra, von Lettow-Vorbeck secuestró al cónsul general alemán que pretendía rendir el territorio a los ingleses y se preparó para la defensa. Contra él Gran Bretaña mandó una fuerza de unos ocho mil hombres que desembarcaron el 2 de noviembre en las playas de Tanga.

Allí les esperaba von-Lettow con todas las tropas que había logrado distraer del frente norte. Para tener toda la información posible llegó a disfrazarse de nativo y recorrer en bicicleta las calles de la ciudad hasta llegar a las líneas enemigas. A continuación organizó sus tropas, que estaban en proporción de uno a cuatro con respecto a las británicas.

Los soldados indo-británicos avanzaron sobre la ciudad venciendo sin mucha dificultad la resistencia inicial hasta llegar al hotel Detscher Kaiser, donde izaron la Union Jack. En ese instante von Lettow ordenó envolver al flanco británico, mandando a sus tropas atacar con balloneta. Era un todo o nada contra fuerzas muy superiores en número. Los askari se lanzaron a la lucha entre toques de corneta y gritos de guerra. Los soldados indios, soprendidos por la fiereza del ataque, se dispersaron y huyeron hacia las playas, dejando tras de sí abundante armamento y munición, teléfonos de campaña y suficiente ropa como para vestir a las tropas alemanas durante un año.

Von Lettow-Vorbeck había logrado infringir una primera y dolorosa derrota a Gran Bretaña, logrando ganar un poco de tiempo que emplearía en organizarse antes del siguiente golpe, que habría de ser mucho más fuerte.

Como dato curioso, algunas compañías de soldados indios en retirada cruzaron sobre unas colmenas de abejas salvajes, lo que dio pie entre las tropas británicas a la leyenda de que Lettow había llegado incluso a "conjurar a las abejas" en su contra. Este sirvió para dar al episodio el nombre apócrifo de La batalla de las abejas con el que también es conocido.

Fuentes:

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3 comentarios:

  1. Von Lettow mantuvo en jaque durante los cuatro años de guerra a más de trescientos mil hombres del ejercito de la Entente, no teniendo para ello más de tres mil combatientes.

    Al final de la guerra, tras el armisticio, al hacer entrega de las armas, un mando del ejército británico afirmó que "más que entregar las armas, estan devolviendo las que nos han requisado durante la guerra".

    Como militar alemán fue el único que tuvo el coraje de mandar textualmente "a tomar por el c..." a Hitler sufriendo por ello arresto domiciliario que duró hasta la finalización de la II Guerra Mundial.

    Salud y Amistad

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  2. Illo, no revientes el final que me tiene que durar todavía varias entradas...

    Es broma, gracias por el comentario, seguiré contando el resto de la historia de von Lettow (o, al menos, la parte que conozco).

    Salud

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  3. uys... si tienes mucho que contar.
    Como vivía, de qué comía (y no es broma) como se hizo para recompensar a los askharis, como desfilo por la Avenida Unter der Linden, etc, etc.

    Salud y Amistad y Feliz Navidad

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